Nuevo relato de mi autoría en el periódico Irreverentes.org:
https://periodicoirreverentes.org/2017/07/31/pacifista/
lunes, 31 de julio de 2017
viernes, 28 de julio de 2017
Relato/History: Los nuevos dioses/The new gods
LOS NUEVOS DIOSES
Basado en El Alimento
de los Dioses, de H.G. Wells
Wells formuló
la teoría. Charles Mortenson la llevó a la práctica experimentando con
animales. El laboratorio Foster&Brothers patentó el invento y lo produjo
para humanos.
Todo
correctísimo según las leyes de mercado. La fórmula Estrella era carísima, y
solo se la podían permitir los grandes capitalistas y los estados poderosos
para fines militaristas secretísimos.
Esos nuevos
seres, agigantados de forma antinatural gracias a la pócima de los
laboratorios, requerían ingentes cantidades de alimentos. La población, al
contrario, cada vez tenía más hambre, porque los recursos escaseaban. Ahí actuó
el ejército, con sus divisiones especiales de superhombres gigantes. La
represión hacia los famélicos habitantes del planeta se hizo general, y un
estado dictatorial, dirigido por los gigantes Estrella, controló el poder y los
recursos energéticos y alimentarios.
A pesar de
todo, no había suficiente para todos. Por eso, apenas cien años después de que
los primeros hombres consumieran la Estrella, sus descendientes, ávidos de
poder y comida, utilizaron al resto de la humanidad como alimento.
Al fin y al
cabo, se consideraban dioses, y aquellas miserables criaturas, lloriqueantes y
desvalidas, no eran sino ganado para sus nunca ahítos estómagos.
THE NEW GODS
Based on The nourishments of Gods,
by H.G. Wells
Wells theorized. Charles Mortenson
putted into the practice experimenting with animals. Foster & Brothers´s
laboratory patented the invention and it produced for human.
All was very correct under laws of
market. The formula Star was very expensive, and only big capitalists could
afford it and powerful states could afford it for top secret militaristic
purposes.
These new persons, unnaturally gigantic thanks
to the potion of laboratories,
were requiring large amounts of food. The population, in other hand,
became even hungry, because resources
were scarce. Then the army came to act,
with its special divisions of giant
supermen. The suppression
became general towards famished inhabitants in the world, and a dictatorial state,
leading by the Giant Stars, controlled power
and energy resources and food.
Despite everything, it was not enough
for them. So, just one hundred
years after the first humans
was consuming the Star, their descendants, eager for power and food, utilized
the rest of humanity as food.
Any way, they were thinking
about themselves gods, and those
miserable creatures, griper and helpless, they were
sheep for their sated stomachs.
Francisco J. Segovia©Todos los derechos
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miércoles, 26 de julio de 2017
Libros de relatos en la plataforma LEKTU
En la plataforma digital LEKTU tengo publicados tres libros de relatos, con una buena acogida. El enlace para tener más información sobre ellos, aquí:
viernes, 21 de julio de 2017
Reseña: Calabazas en el trastero, Siglo de sombras, Editorial Saco de Huesos, 2015
HISTORIAS BAJO LA LUZ DE LOS CANDILES
El número 19 de la
colección Calabazas en el trastero recoge relatos que se desarrollan, eso, en
el siglo pasado, donde la tecnología todavía no había llegado para invadir
nuestras vidas.
En
esta antología publicada por Saco de Huesos volvemos a encontrarnos con buenas
historias pergeñadas por no menos buenos escritores y escritoras.
Javier
Quevedo Puchal realiza una sobria presentación, y ya avisa al lector de lo que
puede esperar del libro, con apuntes breves pero precisos sobre la literatura
de terror universal.
Algo
que perdí, de L.G. Morgan, es una oscura narración contada desde varios puntos
de vista, sobre una perversa historia de amor, muy al estilo del bostoniano
Poe. No le pidáis nada; exigidle lo que os debe, es un sorprendente y magistral
historia en la que su autor, Óscar Pérez Varela, juega con habilidad con la
historia de la revolución mexicana y la de un hombre, Ambroise Bierce, clásico
del terror, que se convierte en protagonista de la narración. Juan Ángel Laguna
Edroso, con El sueño de la momia, homenajea a clásicos del género como Gautier,
por ejemplo, en un relato con una gran carga romántica (en el sentido original
del término, acuñado en el siglo XIX), y un mucho de guiño al lector.
Los
muertos viajan deprisa, de Alejandro Mathé, toca el clásico tema de niños no
tan inocentes, sobre el que han escrito autores como Stephen King o Henry
James, pero con elementos nuevos bien trenzados. Josué Ramos, en La llama de
vida, recrea el mito del moderno Prometeo, muy influido por el Frankenstein de
Mary Shelley, pero remasterizado, si es posible utilizar este término en
literatura, y logra su objetivo con creces. La cena del aniversario, de Adrián
Artiles Santana, se desarrolla alrededor, otra vez, de una historia de amor,
una sesión espiritista y un final inesperado.
Vals,
de Marina Tena Tena, nos sumerge en un mundo casi onírico, en que la música, en
forma de vals melódico pero insistente como gota de agua que cae sobre la
cabeza, centra el hilo de una historia de amor. Enrique Cordobés, en Cuentos de
la tormenta, nos habla de los relatos de miedo a la luz del fuego de la
chimenea, y de cómo pueden llegar a convertirse en cruda realidad. Salomé
Guadalupe Ingelmo vuelve a dar muestras de su buen saber literario en Vendrá la
muerte y tendrá tu rostro, una bella historia que homenajea a la obra de Mary
Shelley y reivindica, sin florituras ni aspavientos, el papel de la mujer en la
literatura, tan olvidado y despreciado.
La
sombra del Kraepelin, de Miguel Huertas, es un relato asfixiante, tanto o más
que el entorno en el que se desarrolla, manicomios del pasado con locos que
bien podríamos encontrar en el presente. La cueva, de José Luis Cantos, es una
metáfora literaria, un juego con el lector, una búsqueda de nuevos caminos, en
un relato que cabalga entre la filosofía y el suspense. Las recogidas, de Gema
del Prado Marugán y Miguel Martín Cruz, bucea en los mundos mágicos de las
grandes ciudades, escondidos en las penumbras y las nieblas de la urbe moderna,
que nos puede atrapar a poco que nos descuidemos, en una muestra más de la
habilidad de ambos escritores para narrar con soltura una relato que atrape al
lector. Tempus Fugit, de Víctor Villanueva Garrido, es otro relato que tiene
como protagonista a un Ambroise Bierce más mundano, más escéptico del mundo,
más loco quizá.
Calabaza
en el trastero, Siglo de sombras, ha sido publicado por Saco de Huesos en el
año 2015.
Más información en:
Francisco José Segovia Ramos
Julio de 2017
sábado, 15 de julio de 2017
Información sobre Viajero de todos los mundos, Ediciones Irreverentes
En el año 2014 publiqué con ediciones Irreverentes mi libro de relatos Viajero de todos los mundos. Aquí pongo enlaces a páginas donde se puede adquirir, y reseñas o comentarios sobre la obra.
RESEÑAS Y COMENTARIOS
viernes, 14 de julio de 2017
Relato/History: La última misión de Bond, James Bond/The Last Mission of Bond, James Bond
LA
ÚLTIMA MISIÓN DE BOND, JAMES BOND
Te han dado pocas horas de vida, James. Menos que lo que
puede durar una final del campeonato de tenis de Forest Hill. Casi nada. Un
suspiro. Estás repleto de tubos, y la sonda te provee de alimentos y líquidos.
Ni siquiera tienes la opción de tomarte un último vodka Martini, agitado, pero
no revuelto. Sería fatal para ti, te advierten los médicos. ¡Como si eso te
importara ahora!
Quedan lejos tus momentos de gloria, tus aventuras en
todos los puntos del globo, incluso en el espacio. Tus amantes, infinidad de
ellas, que te traicionaron o te salvaron la vida, siempre quedaron a tu sombra.
Atrás quedan también los vehículos de lujo, los hoteles en Montecarlo o los
casinos en Las Vegas. No volverás a luchar contra enemigos de pistolas de oro,
o criminales con ansias de conquistar el mundo. Nada de eso queda ya. Casi ni
tú mismo te reconoces en ese hombre que agoniza de pura vejez en su mansión en las
afueras de Londres.
Pero sigues siendo el agente 007, y con esa etiqueta
morirás. Nadie heredará tu número, eso al menos es lo que te han dicho los del
MI6. Es un honor que pocos reciben, aparte de la medalla que te concedió hace
pocos días la reina de Inglaterra.
Ahora estás solo. Es entonces cuando la ves aparecer
entre las penumbras. Viene hacia ti, decidida, con paso silencioso pero firme.
Sabes quién es. Ella, que también debe conocerte, sin embargo te pregunta:
—¿Quién es usted?
Es una pregunta retórica, que busca tu respuesta
cómplice. Sonríes y le contestas:
—Bond, James Bond.
Y la Muerte te recoge en sus brazos y te lleva con ella a
donde los sueños se perpetúan por toda la eternidad, y donde podrás combatir de
nuevo contra males inimaginables. Con un vodka Martini en la mano. Agitado, por
supuesto, no revuelto.
THE LAST MISSION OF BOND,
JAMES BOND
They
have given you a few hours of life, James. Unless a final of Forest Hill
championship tennis happens. Almost nothing. A sigh. You are full of tubes, and
the probe provides you food and liquids. You don´t even have chance to drink
one last Martini vodka, shaken, not stirred. It would be fate full for you,
doctors already warn you. It doesn´t matters to you right now!
Long time ago your moments of glory was,
your adventures in all parts of the globe, even in space. Your lovers, plenty
of them, who betrayed you or saved your life, they were always behind your
shadow. Behind luxury vehicles was left too, the Monte Carlo hotels or casinos
in Las Vegas. You are going to fight never against with gold guns, or criminals
are feverish conquests the world. Anything of that is still remaining. You
hardly recognize yourself like this man is agonizing of full aged in his
mansion outside of London.
But
you're still 007 Agent, and you will die being. Nobody inherit your number, at
least MI6 said you that. A few people receive that honory, in addition the
Queen of England awarded you a medal a few days ago.
Now
you are alone. Then you see to appear her between the shadows. She comes to
you, determined, quiet but with firm step. You know who she is. She should also
know you, however she asks:
—Who
you are?
It's
a rhetorical question, which seeks your accomplice answer. You smile and
answer:
—Bond,
James Bond.
And
Death picks up you on his arms and she takes you to where dreams are
perpetuated for eternity, and where you could fight back against unimaginable ills.
With a Martini vodka in your hand. Shaken, of course, not stirred.
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