LAS ETERNAS DUDAS
En las sombras,
en las tinieblas de la tarde,
las dudas nacen, se entretienen en un rincón y devienen a mí,
ansiosas de poseerme.
No hay calor en estos días de invierno,
ni hay estima que defender contra las sombras,
presentes y amenazadoras.
Avanzan, a pasos medidos en pausas meditadas,
y se meten en el corazón,
puñales de duda que arrasan y esterilizan todo.
Saben a qué agarrarse,
cómo deshacer tapices tejidos días atrás,
sin esperar regresos de Ulises,
ni prometer manos dulces a príncipes siniestros.
Son esas sombras las que me atemorizan
estas tardes de invierno,
casi todas las tardes de invierno,
y sólo me salva la noche que, en su infinita piedad,
cubre con una sombra aún mayor la moviente sombra
de la duda.
Todos los derechos©Francisco J. Segovia
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4 comentarios:
Esas que nos hacen temblar, Paco, se vuelven ocupas en nuestra existencia, y así lo único que nos queda es aprender a convivir con ellas.
Felicidades por su sensibilidad.
Paco ( como ves ya voy considerandote amigo) Siempre que haya luz habrá sombra y la claridad total es cegadora.
Me gusta mucho el poema. Un abrazo
milagros
Saludos, Luisa:
Las dudas... siempre presentes, pero sin ellas cometeríamos muchos más errores.
Un beso
Saludos, Milagros:
Por supuesto que te considero amiga, cibernética, pero amiga, que la distancia no importa.
Un beso.
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