HOY AL
LEVANTARME...
Hoy, al levantarme, he sentido
el peso de los pesares.
Quizá, una mala pesadilla
o un sueño inconcluso han despertado
la tristeza que tenía guardada
en un rincón del alma.
Entre lágrimas no derramadas,
sin saber por qué y no quererlo,
apenas he sentido el frío suelo
con mis descalzos pies,
y ni el espejo me ha reconocido
en estos ojos cargados de sueño.
Siempre
temo la caída,
la desgana o el hastío que me puedan
destruir,
tener veinte años más de golpe
una buena mañana,
no desear ya seguir jugando
con trenecitos de juguete,
o dejarme llevar volando al país
de Nunca Jamás.
Dependo, como todo el mundo,
de ese giro inmisericorde del péndulo
que es la vida,
del tic-tac del reloj que marca
lo que debemos ser en cada momento,
y aunque mi mirada recobre siempre
el instinto infantil,
temo que, en un fugaz instante de
desespero,
envejezca de un solo golpe
cualquier mañana de sueños inconclusos
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