Poema inspirado en el cuadro "Nebulosa" de Juan Antonio Galindo.
NEBULOSA
Los ojos se cierran bien abiertos,
zumban los oídos con la sangre
enlentecida,
se contempla, en el ensimismado
instante,
el Universo limitado.
Olas negras se retuercen,
levantan espumas de colores,
hacen brotar estrellas oscuras
y corales de fulgor excelso.
Hay eternidad de amaneceres
y nunca se ponen los soles
dispersos,
las nubes son enormes cúmulos
cargados de futuro,
la noche es sustancia,
no paréntesis.
Palpita un quásar,
las cuerdas con las que juega
el Infinito
se retuercen en ángulos imposibles
donde las niñas de luz
entremeten sus piernas blancas,
y el ojo negro
devora materia y abre caminos
en los que los gusanos,
entes inmateriales y calmos,
se ahuecan para dejar paso
a otros Universos.
Suena el gran Silencio,
tormentas cósmicas azotan
el gigantesco cosmos,
invisibles dedos
mueven los hilos acompasados,
nómadas viajeros
dejan flotar sus cabelleras
al sol.
Los ojos se abren bien cerrados,
los sentidos desaparecen,
todos y cada uno,
devorados por Saturno inmisericorde,
y el cuerpo despojado de adornos
se vuelve esencia,
sustancia,
Universo.
©Francisco J. Segovia
NEBULOSA
Los ojos se cierran bien abiertos,
zumban los oídos con la sangre
enlentecida,
se contempla, en el ensimismado
instante,
el Universo limitado.
Olas negras se retuercen,
levantan espumas de colores,
hacen brotar estrellas oscuras
y corales de fulgor excelso.
Hay eternidad de amaneceres
y nunca se ponen los soles
dispersos,
las nubes son enormes cúmulos
cargados de futuro,
la noche es sustancia,
no paréntesis.
Palpita un quásar,
las cuerdas con las que juega
el Infinito
se retuercen en ángulos imposibles
donde las niñas de luz
entremeten sus piernas blancas,
y el ojo negro
devora materia y abre caminos
en los que los gusanos,
entes inmateriales y calmos,
se ahuecan para dejar paso
a otros Universos.
Suena el gran Silencio,
tormentas cósmicas azotan
el gigantesco cosmos,
invisibles dedos
mueven los hilos acompasados,
nómadas viajeros
dejan flotar sus cabelleras
al sol.
Los ojos se abren bien cerrados,
los sentidos desaparecen,
todos y cada uno,
devorados por Saturno inmisericorde,
y el cuerpo despojado de adornos
se vuelve esencia,
sustancia,
Universo.
©Francisco J. Segovia
8 comentarios:
¡ Que pedazo de poema!. ¡ Que contento estará el pintor!.
Me encantan sobre todo estas imágenes que has utilizado.
Los ojos se cierran bien abiertos.
Gusanos entes inmateriales y calmos se ahuecan para dejar paso a otros universos.
El cuerpo despojado de adornos se vuelve esencia, sustancia. Universo
Escribes de lujo por si no lo sabias te lo digo. ja, ja,Felicidades. milagros
Ahora sólo entro (no tengo más tiempo en este momento) para decirte que TIENES UN PREMIO EN MI BLOG. Es el premio a la AMISTAD.
En otro rato, me pondré a leer tus nuevas entradas, amigo.
Un abrazo
Que gran viaje estelar!!
Muchas geacias, ha sido un viaje maravilloso.
Te sigo con mi nave particular
Saludos
Paco, qué tremendo! "las noches son sustancia, no paréntesis..." Es un viaje rico en sensibilidad y con una imaginería maravillosa.
¡qué satisfacción leerte, compañero!
Gracias, Milagros. El pintor, Juan Antonio Galindo, es un buen amigo con el que colaboro, como ya sabrás, con la exposición Sueños Perdidos.
Cuando conoces al artista y te gusta la obra el resto es fácil.
Besos
Gracias Ángeles por el premio a la Amistad. El hecho de que te acuerdes de este modesto blog ya es un buen premio.
besos
Gracias MarianGardi. Espero que no te marees con el viaje estelar... que yo sí que lo hago hasta en bicicleta.
Besos
Gracias, Luisa.
Tus comentarios valen más que el poema en sí. Seguiré en el trabajo, e intentaré no defraudar demasiado.
Besos
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