A LA VENTA MI ÚLTIMO POEMARIO, ESOS DÍAS AZULES

domingo, 1 de marzo de 2009

Microrrelato: Caperucita Roja

CAPERUCITA ROJA

Caperucita Roja se encontró con el lobo a mitad del camino de la casa de su abuela. El lobo estaba recostado contra un árbol del sendero y Caperucita notó que la miraba con cierto descaro mientras él aspiraba una bocanada de un cigarrillo rubio.

¿Dónde vas, muñeca? Caperucita, echando para atrás la capucha que le cubría la cabeza, lo miró desafiante. ¿A ti que te importa, Lobo? No, nada, Caperucita, sólo preguntaba. Lobo sonrió con una sonrisa de seductor a la que la chica no permaneció insensible. Iba a casa de mi abuelita, por si te interesa. ¿No tienes nada más excitante que hacer? Lobo la miró de arriba hasta abajo, con esa mirada que dice todo sin necesidad de utilizar las palabras.

Era primavera, Caperucita y el Lobo eran jóvenes, y… ¡ya se sabe!. La abuela puede esperar, dijo la chica de rojo. Lobo apagó el cigarrillo y cogió su Harley. Arrancó el motor de la moto y golpeó el asiento de atrás. ¡Vamos, chica, la noche nos espera!. Caperucita subió al vehículo y la Harley se perdió en el horizonte, con la chica agarrándose con fuerza -con más fuerza de la necesaria- al cuerpo de un Lobo motorista contento y entusiasmado.

La abuelita, todo hay que decirlo, a la vista de que no venía su nieta, decidió vestirse e irse de jarana a la discoteca. Había quedado con un abuelito de muy buen ver y pensión decente a eso de las nueve de las noche. Ya se sabe, ¡es primavera, y ella era joven!
©Francisco J. Segovia

8 comentarios:

MiLaGroS dijo...

¡ Como ha cambiado el cuento!.
¿ O quizá siempre fue así y nos lo contaron de otra manera?.
Tantas información la han manipulado.
Un abrazo. me gusta. milagros

Luisa Arellano dijo...

Jajajaja, muy bueno, Paco. El cuento siempre fue así, pero lo distorsionaron de mala manera :)

Me has recordado un soneto que le hice yo a Caperucita y que titulé: LOS PELIGROS DEL JUEGO (la verdad del cuento) te dejo el enlace por si te apetece echarle en vistazo.

http://elblusdelasencinas.blogspot.com/2008/11/los-peligros-del-juego-la-verdad-del.html

Un abrazo.

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Hola, Francisco...

Talvez esa sea la verdadera historia de caperucita, pero de todas maneras no solo los jóvenes se pueden divertir; nosotros los del quinto piso todavía tenemos cuerda para rato.

Cordial saludo.

Anónimo dijo...

Muy ingenioso... Me hiciste reir. Te felicito por este blog.

Francisco J. Segovia dijo...

Gracias Milagros:

Los cuentos son como queremos que sean. No hay más.

Todo con el mejor sentido del humor y la transgresión, que conste.

Un besazo

Francisco J. Segovia dijo...

Luisa:

Te había leido ese poema, y es otra buena versión de Caperucita. Creo que deberíamos actualizar el mito más y que la chica se quite ese san benito de despistá y tonta que tiene en el cuento.

Besos

Francisco J. Segovia dijo...

Por supuesto, Rafael... de ahí el final, donde la abuelita también se revela.

Un abrazo

Francisco J. Segovia dijo...

Gracias Salvador por leer este modesto blog. Siempre es agradable encontrarse gente nueva -y desconocida- que comenta algo en este rincón.

Un abrazo