El 2 de Enero de 1492 la ciudad de Granada sucumbía al asedio de los Reyes Católicos que, después de un férreo cerco militar, rindieron por hambre a miles de granadinos. Más tarde, incumplieron las capitulaciones pactadas con Boabdil, en las que se comprometían a respetar los derechos civiles de la población. La toma de Granada significó pues la ruptura de la convivencia de tres religiones, por lo que numerosos vecinos de esta ciudad fueron perseguidos a causa de sus creencias y costumbres. La expulsión de aquellos granadinos acusados de ser moriscos o judíos desencadenó además la decadencia social y económica de nuestra ciudad, que se vio despojada de muchos de sus hijos más ilustres. Por todo ello, entendemos que los Actos de la Toma no contribuyen a consolidar los sentimientos de reconciliación y tolerancia en los que debe cimentarse toda ciudad que aspire a progresar.
Apelamos a la sensibilidad democrática del Ayuntamiento de Granada para que repare esta injusticia histórica y dedique sus esfuerzos a organizar un acto integrador, inspirado en los principios de convivencia y respeto a las minorías. Un acto en el que nadie se sienta agraviado ni excluido, como corresponde a un Ayuntamiento que es de todos los granadinos.
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1 comentario:
Gracias por esta información. Uno de tantos momentos históricos que nos llevaron a lo que somos.
Un fuerte abrazo y muchos ánimos para que sigas en esta magnífico trabajo que vas construyendo.
alga.
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