En las canteras hay picos y hay palas,
dinamita para volar las rocas,
y carros para transportar el mineral.
En la cantera hay hombres que trabajan,
y niñas que recogen las esquirlas de las rocas
con palas mayores que ellas mismas,
y llenan sacos terreros sin cesar,
a la luz de un sol incandescente.
En la cantera las niñas,
mujeres y crías, doble condena,
entierran sus muñecas de trapo,
sus sueños infantiles olvidados,
y se desmadejan en un continuo ir y venir
para llenar de piedra
el avaricioso costal de miseria.
En la cantera hay niñas…
Francisco J. Segovia©Todos los derechos
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