BENGASI
La libertad llega a Libia
Amina llora por su difunto marido.
¡Alá, el Misericordioso!
La tierra, bajo sus pies, quema inmisericorde,
y el viento trae olores de muerte.
¡Son tantos los años de sufrimiento!
Ya no le quedan lágrimas,
no le quedan sino suspiros y pesar.
Su hijo, en cambio, levanta la mirada
como un halcón cuando ve su presa;
levanta también el puño, y pide justicia.
Mil más le acompañan,
dan un paso, otro, avanzan sin miedo,
y el suelo tiembla bajo sus pies
decididos.
¡Alá, Misericordioso!
Todo tiene su fin,
hasta la tiranía más cruel.
Todo tiene un principio.
En Bengasi estalló el fuego,
en Bengasi comenzó la Libertad.
(Del poemario "Cinco poemas para una revolución", dedicado a la primavera árabe)
Francisco J. Segovia©Todos los derechos
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