REINTERPRETANDO A ALDOUS HUXLEY
Dentro
de su colección 2099, la Editorial Irreverentes nos trae un número antológico
dedicado al escritor británico Aldous Huxley y su obra Un mundo feliz. Con esta
premisa, un grupo de escritores y escritoras han realizado una serie de relatos
basados o influenciados por esa mítica obra.
La
antología es prologada por Pedro Amorós, que con pluma hábil y preparada esboza
la historia del libro de Huxley, sus reminiscencias y sus intríngulis, para
posteriormente hablar un poco de cada uno de los relatos de Regreso a un mundo feliz.
Los
relatos los principia Elena Márquez con Lo inútil de la Aurora, una historia
cargada de añoranza y tristeza, en la que lo perdido se hace pesado y se
intenta olvidar con una falsa –y forzada- felicidad. En Vigesimoprimera planta,
edificio de cubículos, Miguel Ángel de Rus nos habla de una sociedad en la que
lo políticamente correcto se ha impuesto de una forma omnipresente, sin medias
tintas, y lo hace con una fina y durísima ironía, no exenta de pesimismo por el
futuro que nos aguarda. En El Presidente Dóberman, Teresa Galeote se sumerge en
una sociedad feliz en la ignorancia de los medios y las drogas, donde un grupo
de elegidos decide el futuro de la mayoría de las personas, y acallando las
voces discordantes de forma tajante.
Actual y
contundente, la obra de Francisco Javier Illán Vivas, Anoche soñé que regresaba
a un mundo feliz, nos trae personajes muy conocidos, aunque con los nombre
ligeramente cambiados –o permutados, mejor dicho-, en una sociedad que se pretende
transformar para que se convierta en más de lo mismo. En República feliz, el
escritor Félix Díaz nos trae de nuevo una sociedad estructurada y dirigida, y
espiada también, donde cada clase social tiene determinados privilegios en una
suerte de castas casi intocables. Olga Mínguez Pastor se muestra poética y
radical en su magnífica Mujeres Top Class, un alegato contra la imposición de
determinados roles a las mujeres, una voz que se alza desde la literatura para
denunciar un futuro más que posible.
La renuncia a
la felicidad, aunque con pocas posesiones materiales, a cambio de la prisión de
oro es la base de Errores secretos, de Belén Rodríguez Quintero, y su
protagonista, una mujer que añora lo perdido o renunciado, un personaje muy
actual, quizá incluso podamos vernos reflejados en ella. Ciros, el viejo robot
del año 2016, es una sugerente historia de José Luis Caramés Lage, en la que se
plantea sin florituras la visión de la ¿vida y la muerte? de un robot, una
simple máquina cuyos sentimientos superan al de muchos humanos. Noruega, de
Francisco José Segovia Ramos, no bucea en un futuro lejano, sino que se
desplaza unas décadas en el futuro e intenta adivinar cómo será este, nada halagüeño
según el autor, y con una única esperanza, un país escandinavo.
Internet, la
web, las nuevas tecnologías, y el aislamiento de los seres humanos, son el eje
en el que se mueve Casi feliz, de Francisco Legaz, y las relaciones de hombres
y mujeres se convierten en meros espejismo. La ciudad geométrica, de Pedro
Amorós, es una poética inmersión en un mundo sin imaginación, donde todo está
perfectamente organizado, casi hasta la muerte. Por último, La tempestad, de
Nelson Verástegui es una suerte de relato postapocalíptico, desarrollado en una
sociedad regulada al detalle, que no quiere caer en los errores de las que las
precedieron pero, en cambio, comete otros que se nos pueden antojar peores.
En conclusión,
Regreso a un mundo feliz recoge una buena selección de relatos que nos hacen
reflexionar sobre nuestro presente y futuro, los hilos que mueven las
sociedades, las ideas que se imponen o quieren imponer, y la libertad o falta
de libertad de los hombres y mujeres, capaces de cambiar el mundo que les
rodea, aunque incapaces, en cambio, de controlar esos cambios.
La antología
Regreso a un mundo feliz fue publicada por Ediciones Irreverentes en el 2016,
en su colección 2099.
Más información en:
Francisco José Segovia Ramos
Marzo de 2017
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