NO SON CUENTOS
PARA NIÑOS
Calabazas en el trastero, Que viene
el coco, es otra antología de la colección del mismo título, y mantiene un
nivel, como mínimo, igual de exigente a las otras entregas. Trece autores nos
reconcilian con la literatura en esta obra.
Tras un excelente y divertido
prólogo de Javier Trescuadras comenzamos con Esa puerta roja, de Marc Sabaté
Clos, donde el protagonista rememora un ominoso pasado e intenta huir de él en
un presente que se nos antoja menos feliz de lo que piensa. El fondo del saco,
de Enrique Cordobés, es una aventurada inmersión en la temática planteada en la
antología, con unas mimbres originalísimas y muy bien trabajadas que enganchan
sin paliativos al lector. En Asustapadres, Daniel Garrido Castro nos trae una
escalofriante paradoja sobre la educación de los hijos y la sociedad actual, en
la que el coco se disfraza de muchas amenazas.
Ruidos en el armario, de Rubén G.
Collantes, cambia el rol del protagonista, que reflexiona continuamente sobre
sus circunstancias, los miedos, el pasado que pende sobre el presente de manera
aterradora, y termina con un final sorprendente por inesperado. Héctor Gómez
Herrero trabaja con delicadeza su historia, Dientes de leche, a mitad del
género del terror y del fantástico, heredero de grandes autores no defrauda su
lectura directa y entretenida. En El cocodrilo asomó la cabeza, Gema del Prado
Marugán y Miguel Martín Cruz nos traen de nuevo a su detective, Solo, metido de
lleno en una historia de monstruos de difícil solución, siempre perfectos en la
narración.
Dura como pocas, la historia de La
sed inagotable, de Ricardo Cortés Pape es para recordar y releer siempre que se
tenga oportunidad, porque su protagonista lo llena todo con sus palabras y sus
actos. José Luis Alonso en su La conjura de los monstruos, mezcla religión,
tradición y exorcismos en un crisol del que brota un relato espléndido, difícil
de mejorar. Jack R. Espanto, de Enrique Luque de Gregorio, es una divertida parodia
de las historias de terror, contada con gracia, sin florituras ni aspavientos,
pero con una soltura digna de las mejores plumas.
Hay algo en el armario, de Curro
Esteves, juega con lo que hay al otro lado, tras la puerta de nuestros
horrores, con reminiscencias claras de Monstruos S.A. la historia se recrea en
los detalles, con un final demoledor y, casi, poético. Juan Ángel Laguna Edroso
relata en La del marginado, la típica historia de adolescentes con ganas de
juerga y problemas, pero es solo un engaño al lector, que se ve sorprendido por
un inesperado giro en los acontecimientos.
La picadora de carne, de Martín Salegui,
es un inquietante relato desarrollado en un orfanato, con unas pistas que nos
llevan hacia conclusiones equivocadas ¿o no?, que el lector habrá de discernir
una vez acabe su lectura. Por último, Crozet, de Eduardo Delgado Zahino,
impacta por sus definidos personajes, su historia tejida de atisbos y
sospechas, y su final, con una impronta entre apocalíptica y optimista.
Buena antología, con una temática poco
usual en el género, con autores y autoras que marcan el ritmo narrativo con
prosa trabajada y sin florituras innecesarias.
Calabazas en el trastero, que viene el
coco, ha sido publicada por la Editorial Saco de Huesos en el año 2016.
Más información en:
http://sacodehuesos.com/calabazas-en-el-trastero/calabazas-en-el-trastero-21-que-viene-el-coco
Más información en:
http://sacodehuesos.com/calabazas-en-el-trastero/calabazas-en-el-trastero-21-que-viene-el-coco
Francisco José Segovia Ramos
Abril 2017
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