Persistir a pesar de que el tiempo
se ha
acabado.
Lanzar los genes al espacio
incierto.
Esculpir en piedra los epitafios
que el viento erosionará
cuando nadie haya testigo del
suceso.
Morir, morir en los libros,
en las estatuas de piedra sin
sangre,
en las páginas de un millón
de bibliotecas,
por persistir en el tiempo que se
ha
acabado, que está Muerto.
No os esforcéis.
Todo está condenado desde Ya.
Sin remedio, sin penitencia.
Sólo Infierno.
Francisco J. Segovia©Todos los derechos
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