ROBUR
EL CONQUISTADOR (1886)
A la conquista del aire
Esta novela puede considerarse un “espejo” de 20.000 leguas de viaje submarino. Su contrapartida científica. Si en una era Nemo y su submarino Nautilus los que conquistaban los mares, en esta, Robur y su Albatros dominan los cielos de todo el mundo.
Con los mismos ingredientes que su obra más conocida, en esta Verne, como es lógico dado el entorno en el que se desarrolla, nos habla menos de especies animales y vegetales y más de ciudades y geografía, en un periplo que nos lleva desde el este de Estados Unidos de América hasta la Antártida, pasando por Asia, Europa y África.
Esta novela tuvo una continuación, Dueño del mundo, de la que ya hablaremos en su momento
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