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domingo, 3 de mayo de 2015

Reseña: La sonrisa del león, de Roberto Malo, Dissident Tales Editorial, 2015



NO HAY LEONES BUENOS Y MALOS, SOLO LEONES QUE SONRÍEN.

Sobre La sonrisa del León, de Roberto Malo, no sabría decir si es una colección de relatos de terror, de suspense, de humor ácido, o una amalgama muy bien trenzada de todas esas temáticas. Sí que se detecta una cierta relación entre los diferentes relatos, microrrelatos e, incluso, párrafos cortos, a guisa de greguerías, que hacen que la obra de Roberto Malo se lea como un todo único.

En este libro de Dissident Tales, Roberto Malo juega con el lector, como un hábil depredador de la literatura. Sabe cómo desdibujar argumentos, convirtiéndolos en otra cosa: historias que parecen vayan a acabar de una manera, se tuercen con rapidez y se transforman en otra cosa distinta. El humor da paso al terror más elemental, y viceversa. El mundo de Roberto Malo es el de las apariencias, como la sonrisa de un león, que muestra sus dientes, sí, pero no para sonreír, no nos engañemos, sino para mostrar hasta dónde puede llegar una literatura avanzada y, también –no lo neguemos- experimental en muchos tramos de la obra.

Quién esté atado a unas normas fijas, ortodoxas, que se aleje de La sonrisa del León. Hay que ser muy abierto, ambicioso, inquieto, para pegarse al libro y no soltarlo hasta acabar la última frase, leer la última palabra, y cerrarlo con la impresión, ominosa y persistente, de que hay que volver a releer a Roberto Malo. Porque cuenta mucho más de lo que parece a primera vista, y eso es un éxito para un escritor que quiere llegar a un gran público y, además, hacerle reflexionar.

Con un estilo diáfano, actual, donde hay poco lugar a la descripción exhaustiva, y la primera persona, omnipresente, abunda durante casi toda la obra, Roberto entretiene, molesta, revuelve las tripas, se ríe con y para nosotros, destruye algunos conceptos que dábamos por inmutables, y nos deja con ganas de más, quizá porque, como él mismo nos confiesa en su última anotación… su máquina de escribir se ha quedado sin tinta, que no él sin ideas.

A los textos acompañan numerosas ilustraciones de Javi Hernández, en blanco y negro, sin grandes aspavientos pero claras y muy acordes con las historias a las que acompañan. Son un ligero relajo entre texto y texto, aunque no por ello dejan de supurar esa atmósfera, mitad opresiva, mitad irónica, de La sonrisa del León.

Roberto Malo, Javi Hernández, y de nuevo un texto y unas ilustraciones que siguen en la línea que Dissident Tales mantiene en sus publicaciones. Calidad en lo uno y en las otras. Otro acierto de esta editorial, que sigue apostando, y fuerte, por congeniar literatura e imagen en todas y cada una de sus ediciones. Muy recomendable.



Francisco José Segovia Ramos
Mayo de 2015

2 comentarios:

roberto dijo...

Mil gracias por tu tiempo y tus palabras. Así da gusto...

Francisco J. Segovia dijo...

Gracias a tí, Roberto, por haberme hecho conocer tu obra.

Sigue así, con esa sonrisa de león, al acecho literario.

Un abrazo