UNA POÉTICA HISTORIA APTA PARA TODOS LOS PÚBLICOS
El niño que
bailaba bajo la Luna es una apuesta decidida y audaz de un grupo creativo del
que forma parte Juan Ángel Laguna como autor del texto. El libro, una pequeña
obra maestra, tiene los textos en castellano y francés, y está acompañado por
inquietantes y atrayentes ilustraciones, obra de Jean Gilbert Capietto.
Es
una historia breve pero intensa a la vez. Podría entenderse que es un relato
dirigido a niños, aunque no es
así. El niño que bailaba bajo la Luna bebe de las fuentes de la literatura
romántica (entendiendo romanticismo como esa tendencia a lo macabro, tétrico o
la atracción de los cementerios), y podría entreverse a Bécquer entre algunas
de sus líneas.
Juan
Ángel Laguna maneja un lenguaje fluido y poético a la vez. Con un ritmo pausado
pero hipnótico. Cada línea, cada párrafo, constituyen un alarde de prosa y un
manejo correctísimo de la lengua de Cervantes. Nada sobra, y nada está de
relleno. Entre otras cosas, porque al ser una historia relativamente corta,
cualquier añadido innecesario la desmontaría.
El
diseño, obra de Vidal Pueyo Martín, y el material utilizado, papel sintético,
confieren a este libro un atractivo especial. El tacto de las páginas es
diferente, pero agradable. Si a todo añadimos un contenido excelente, con el
texto elaborado de Juan Ángel Laguna, y la buena traducción al francés de
Eléonore Jacquiau-Chamska, podemos hablar de una edición muy buena, donde los
responsables han cuidado tanto los textos como las imágenes y el formato.
Francisco José Segovia Ramos
Abril de 2016
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