COMBUSTIÓN ESPONTÁNEA
Conozco la forma de hacer que una persona, cualquier
persona, arda espontáneamente y se consuma hasta convertirse en cenizas.
Desgraciadamente no soy el único en conocer el secreto,
porque en estos momentos mi cuerpo empieza a arder, como consecuencia de la
actuación de mi socio, y ahora enemigo, que me observa desde el vano de la
puerta de la habitación mientras sonríe maliciosamente.
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