A LA VENTA MI ÚLTIMO POEMARIO, ESOS DÍAS AZULES

sábado, 29 de octubre de 2016

Microrrelato/Story: El concilio de los muertos/The Council of the dead



EL CONCILIO DE LOS MUERTOS

            —No podemos descansar en nuestro sueño eterno —aseveró un cadáver al que aún restaban restos de carne putrefacta.
            —Y sus ruidos retumban en las tumbas —añadió una calavera que reposaba en un nicho.
            —Debemos hacer algo —dijo solemnemente el presidente del concilio de los muertos, una momia de un personaje ilustre en su tiempo, pero totalmente olvidado ahora.
            Nadie propuso nada. Ni los difuntos del patio de los suicidas, tan amigos de filosofar a la luz de la luna llena, ni las piadosas monjitas de clausura, todas ellas amortajadas de la misma manera, y algunas aún vestidas con sus hábitos. Tampoco intervinieron los infantes muertos, ni los adolescentes caídos en la plenitud de la vida, ni los viejos cadáveres, que llevaban en el camposanto desde que se tenía conocimiento de su existencia.
            —Ellos ignoran nuestra presencia —afirmó un sanguinolento cuerpo, víctima de un fatal accidente de tráfico —. Debemos avisarles de que no pueden seguir así.
            —Nunca habíamos tenido problemas —musitó el presidente.
            —O intervenimos ahora, o nunca descansaremos en paz —propuso vehementemente un muerto que sostenía su cabeza en una mano, y que hasta entonces había permanecido en silencio.
            Todos asintieron con estruendosos gritos, que resonaron en las cavernas donde se habían reunido.
            —Había sido todo tan tranquilo hasta ahora —suspiró entristecido la momia presidente.
            A partir de la noche siguiente, comenzaron las apariciones fantasmales en toda la urbanización recién construida. Puestos a complicar las cosas, el concilio había decidido que, si no descansaban los muertos, tampoco tenían derecho a hacerlo los vivos.

THE COUNCIL OF THE DEAD

            —We can´t rest on our eternal sleep —A corpse said which has still remnants of rotting flesh.
            —And its noises makes echo in the tombs— A skull resting in a niche added.
            —We must do something —the president of the council of the dead said solemnly, an illustrious figure s mummy in his time, but now completely forgotten.
            No one suggested anything. Neither the deceased from the ground of suicidal, as friends make philosophy in the light of the full moon, or the pious cloistered nuns, all of them shrouded in the same way, and some of them still dressed habits. Neither dead infants nor intervened, neither died teenagers in the prime of life, neither old corpses which were in the cemetery since it was aware of its existence.
             —They ignored our presence— a bloody body affirmed, victim of a fatal accident of car —. We must advise them that they can´t continue as well.
             —We had not ever problems— muttered the President.
             —Or we intervene right now or we rest never in peace —A dead holding his head in one of his hand proposed vehemently, and he had been silent before now.
              Everyone nodded with loud cries which them make echo through the holes where they had gathered.
              There was been so quiet until now —the president mummy sighed sadly.
              From the next night, ghostly apparitions began within the newly built urbanization. In order to complicate more matters, the council had decided that if the dead didn´t rest, the live don´t have the right to rest.

Francisco J. Segovia©Todos los derechos

jueves, 27 de octubre de 2016

Seleccionado en el V Concurso de Microrrelatos Pluma, Tinta y Papel, Diversidad Literaria, 2016

Uno de mis microrrelatos ha sido seleccionado para publicación en el V Concurso Pluma, Tinta y Papel, organizado por Diversidad Literaria:

Más Sueños Perdidos en el periódico digital Irreverentes.org

Quinta entrega de "Sueños Perdidos" en el periódico digital Irreverentes.org:

lunes, 24 de octubre de 2016

Reseña en el periódico Irreverentes.org

Una nueva reseña, esta vez de "Alma y el Poeta", de José María Tamparillas, en el periódico digital Irreverentes.org:

jueves, 20 de octubre de 2016

Sueños Perdidos en el periódico digital Irreverentes.org

Cuarta entrega de la serie pictórico-literaria de Sueños Perdidos, en el periódico digital Irreverentes.org:

miércoles, 19 de octubre de 2016

Accésit en el V Concurso Nacional de Microrrelatos de Baños de la Encina, Jaén, 2016

Uno de mis microrrelatos ha sido accésit en el V Concurso Nacional de Microrrelatos de Baños de la Encina, Jaén, en unos premios que se entregaron el pasado 15 de octubre.

Agradezco desde aquí el galardón y felicito al resto de ganadores de los diferentes certámenes.

Más información en:

lunes, 17 de octubre de 2016

Reseña: Calabazas en el Trastero, Horror Cósmico, Editorial Saco de Huesos, 2012



EL HORROR DE MÁS ALLÁ DE LAS ESTRELLAS


            El número 12 de la colección de Calabazas en el Trastero, dedicado al Horror Cósmico, nos trae, como era de prever, otra magnífica selección de textos, que pasamos a exponer.

            Juan José Hidalgo Díaz abre el fuego –y con qué valor y maestría- con La Teaghonía de Heráclito, donde muestra a un presidente de la república española Azaña recibiendo una visita extraña que le vaticina un futuro no menos sorprendente y terrible. En un relato muy corto pero intenso, Agujero negro de gloria, Andrés Abel lleva al lector con mano literaria firme y maestra, y lo deja ante un final que no le defraudará. En Las estrellas están en posición, Aitor Solar, en boca de una mujer, narra una historia de astronomía –y astrología- en la que las profecías no están, precisamente en las estrellas observadas por sus protagonistas. La Franja, de Fernando Lafuente Clavero, es una historia mágica, casi poética, en la que lo percibido, lo intuido, es mucho más que lo descrito o explicado, sin lugar a dudas una obra enigmática pero potente como pocas. Otra historia trenzada con gusto es (     ) –sí, así como está escrita-, de Magnus Dagon, seudónimo de Miguel Ángel López Muñoz, que no se corta un pelo para retomar los viejos clichés de pactos con el diablo, o lo que esté al otro lado, pero retorciendo el argumento con total convicción. Ana Morán Infiesta, con su obra Los condenados del Titanic, bucea en el mundo de Lovecraft, y lo hace con una prosa pulcra, concisa, digna del gran maestro de Nueva Inglaterra, en la que el lector encontrará razones más que suficientes para seguir la obra de esta escritora. Mientras siga existiendo esperanza para la humanidad es una gran historia de Óscar Pérez Varela, que juega con los mitos y con personajes literarios históricos, como Pio Baroja y Ramiro de Maeztu, imprescindible. Por enésima vez nos encontramos con un mundo humano amenazado por entes posesivos y poderosos en Parásito, de Santiago Sánchez Pérez, que juega con elementos de todos conocidos y también introduce matices que hacen de esta historia una pieza maestra en la antología. Horror vacui no es un relato al uso, y Sergio Mars sabe mostrarnos un final del mundo donde lo importante no es lo que va a suceder sino las relaciones humanas y los asuntos particulares que concluir. Un experimento científico es el hilo conductor de Token, de Luis Guallar, que trabaja narrativamente in crescendo una historia que engancha y nos lleva con rapidez a su apocalíptico final. Gran relato es el de Ricardo Montesinos, La ciudad bajo las aguas, que muestra una Venecia diferente que oculta secretos que, tal vez, jamás deberían ser conocidos por la humanidad. ¿Qué se cuece en villa Diodati?, pues Juan Ángel Laguna Edroso recrea el ambiente de ese entorno en Brindis al sol negro en Villa Diodati, con personajes tan conocidos como los de Shelley o Lord Byron, en un relato que no hay que perderse. Hijos de Lug es otra historia magistral de esta antología, escrita por David Marugán, y que reúne muchos de los ingredientes de una buena historia, entre ellos personajes creíbles, varios giros de la trama y un desenlace endiablado y fantástico.

            En conclusión, trece relatos de un nivel literario muy alto, en los que la maestría literaria y el argumento se aúnan para dejar al lector satisfecho de un muy buena lectura.


            La obra forma parte de la colección Calabazas en el Trastero,  y fue publicado en el año 2012 por la editorial Saco de Huesos.

Más información en:
http://sacodehuesos.com/calabazas-en-el-trastero/12-horror-cosmico

Francisco José Segovia Ramos
Octubre de 2016

jueves, 13 de octubre de 2016

miércoles, 12 de octubre de 2016

Finalista en el IV Certamen de Relato del Festival La Mano, Alcobendas, Madrid, 2016

Acaba de hacerse pública la relación de finalistas y optantes al IV premio de Relato del Festival La Mano de Cine Fantástico y de Terror, de Alcobendas, Madrid, y uno de mis relatos opta al galardón, que se anunciará próximamente.

Más información en:

martes, 11 de octubre de 2016

Presentación de la antología Regreso a un mundo feliz, de Ediciones Irreverentes






El pasado día 7 de octubre se realizó un acto de presentación del libro "Regreso a un mundo feliz", de Ediciones Irreverentes, una antología de relatos que giran en torno al planteamiento de la novela de Aldous Huxley, en donde participo con una historia.


 



 
Más información en:

Varios escritos en el periódico Irreverentes.org

Durante esta pasada semana se han publicado varios escritos míos en el periódico digital Irreverentes.org.

Sueños Perdidos: https://periodicoirreverentes.org/2016/10/06/suenos-perdidos-ii-%c2%a8un-hombre-casi-un-dios%c2%a8/

Reseña de Hijo de un dios caníbal, de Juan Antonio Alcudia: https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=1502419945375419800#editor/target=post;postID=8451182525701460590

Relato:  https://periodicoirreverentes.org/2016/10/10/como-curar-una-fobia/

miércoles, 5 de octubre de 2016

Microrrelato: No tenía memoria



NO TENÍA MEMORIA
 
Aquella mujer no tenía memoria. Regaba el jardín aún después de que hubiese llovido unos minutos antes, y tomaba el café inmediatamente antes del almuerzo. Cubierta por un chal negro que se manchaba con alguna cana caída, la anciana se asomaba por la ventana para contemplar el cielo sin nubes, o dejaba el grifo abierto mientras echaba una larga siesta hasta que día y noche se confundían.

          Aquella mujer no tenía memoria o, si quedaba algún resquicio de ella, no lo demostraba en su quehacer cotidiano. Arrastraba sus pies cansados y quitaba, paciente, el polvo que no terminaba de posarse sobre los muebles. A pesar de la edad y de los achaques abrillantaba los adornos de bronce, las joyas que se escondían en la caja de marfil, o limpiaba la cerámica de Sèvres que su difunto esposo le trajo una vez de un viaje a Francia.

          En la soledad de su casa, la mujer desmemoriada limpiaba, con la consideración de un santo, un mártir o un héroe, la fotografía enmarcada del viejo dictador fallecido. Con su sonrisa ufana, la anciana pasaba sus dedos arrugados por el cristal que protegía la imagen de su adorado asesino. Desde la tumba, o desde los infiernos, el octogenario dictador, con su vestido militar cruzado por una ancha banda multicolor, la miraba y le devolvía un saludo sin memoria.

Francisco J. Segovia©Todos los derechos