EL HORROR DE MÁS ALLÁ DE LAS ESTRELLAS
El número 12 de la
colección de Calabazas en el Trastero, dedicado al Horror Cósmico, nos trae,
como era de prever, otra magnífica selección de textos, que pasamos a exponer.
Juan
José Hidalgo Díaz abre el fuego –y con qué valor y maestría- con La Teaghonía
de Heráclito, donde muestra a un presidente de la república española Azaña
recibiendo una visita extraña que le vaticina un futuro no menos sorprendente y
terrible. En un relato muy corto pero intenso, Agujero negro de gloria, Andrés
Abel lleva al lector con mano literaria firme y maestra, y lo deja ante un
final que no le defraudará. En Las estrellas están en posición, Aitor Solar, en
boca de una mujer, narra una historia de astronomía –y astrología- en la que
las profecías no están, precisamente en las estrellas observadas por sus
protagonistas. La Franja, de Fernando Lafuente Clavero, es una historia mágica,
casi poética, en la que lo percibido, lo intuido, es mucho más que lo descrito
o explicado, sin lugar a dudas una obra enigmática pero potente como pocas.
Otra historia trenzada con gusto es (
) –sí, así como está escrita-, de Magnus Dagon, seudónimo de Miguel Ángel López Muñoz, que no se corta un pelo
para retomar los viejos clichés de pactos con el diablo, o lo que esté al otro
lado, pero retorciendo el argumento con total convicción. Ana Morán Infiesta,
con su obra Los condenados del Titanic, bucea en el mundo de Lovecraft, y lo
hace con una prosa pulcra, concisa, digna del gran maestro de Nueva Inglaterra,
en la que el lector encontrará razones más que suficientes para seguir la obra
de esta escritora. Mientras siga existiendo esperanza para la humanidad es una
gran historia de Óscar Pérez Varela, que juega con los mitos y con personajes
literarios históricos, como Pio Baroja y Ramiro de Maeztu, imprescindible. Por
enésima vez nos encontramos con un mundo humano amenazado por entes posesivos y
poderosos en Parásito, de Santiago Sánchez Pérez, que juega con elementos de
todos conocidos y también introduce matices que hacen de esta historia una
pieza maestra en la antología. Horror vacui no es un relato al uso, y Sergio
Mars sabe mostrarnos un final del mundo donde lo importante no es lo que va a
suceder sino las relaciones humanas y los asuntos particulares que concluir. Un
experimento científico es el hilo conductor de Token, de Luis Guallar, que
trabaja narrativamente in crescendo una historia que engancha y nos lleva con
rapidez a su apocalíptico final. Gran relato es el de Ricardo Montesinos, La
ciudad bajo las aguas, que muestra una Venecia diferente que oculta secretos
que, tal vez, jamás deberían ser conocidos por la humanidad. ¿Qué se cuece en
villa Diodati?, pues Juan Ángel Laguna Edroso recrea el ambiente de ese entorno
en Brindis al sol negro en Villa Diodati, con personajes tan conocidos como los
de Shelley o Lord Byron, en un relato que no hay que perderse. Hijos de Lug es
otra historia magistral de esta antología, escrita por David Marugán, y que
reúne muchos de los ingredientes de una buena historia, entre ellos personajes
creíbles, varios giros de la trama y un desenlace endiablado y fantástico.
En
conclusión, trece relatos de un nivel literario muy alto, en los que la
maestría literaria y el argumento se aúnan para dejar al lector satisfecho de
un muy buena lectura.
La
obra forma parte de la colección Calabazas en el Trastero, y fue publicado en el año 2012 por la
editorial Saco de Huesos.
Más información en:
http://sacodehuesos.com/calabazas-en-el-trastero/12-horror-cosmico
Más información en:
http://sacodehuesos.com/calabazas-en-el-trastero/12-horror-cosmico
Francisco José Segovia Ramos
Octubre de 2016
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