AÑORANZA
Yo
la saludo, moviendo ligeramente los dedos. Ella me responde, haciendo otro
tanto. Anhelamos unirnos de nuevo, pero sabemos que es algo imposible porque
nuestro dueño nos perdió a ambas cuando nos metió imprudentemente en esa
máquina de serrar…
PROFESIÓN
Se
siente feliz en su trabajo: un dentista tiene el poder omnímodo sobre sus
pacientes, a los que puede someter a toda clase de operaciones. A él, en
concreto, le encanta hacerles sufrir extrayéndoles los dientes, tras engañarlos
diciendo que les ha administrado anestesia.
DESTIEMPO
¡Te
quiero! Demasiado tarde. ¡Siempre te quise! Demasiado tarde. Las lápidas del
cementerio no entienden de arrepentimientos.
Francisco J. Segovia©Todos los derechos
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