NO SOY DE ESOS
Comenzaré diciendo,
sin medias verdades, sin gestos
fingidos,
que soy hombre antes que
patriota,
aire antes que frontera,
música antes que himno.
Nunca entendí de fronteras,
ni de muros de cemento y metal,
ni de banderas al viento izadas
llamando a guerras sin cuartel
y hazañas de héroes de cartón
piedra.
No soy de los que se entusiasman
con desfiles militares
o grandilocuentes discursos,
vanos de sentido y compasión.
Nací en tierra sureña y antigua,
donde vivieron todas las razas,
y todas ellas dejaron su
impronta
bajo un mismo sol, una misma
sierra,
un mismo rio dorado
y un idéntico cielo.
Soy hijo del sobrio íbero,
y del industrioso fenicio,
también del romano poderoso
y del godo recio y duro,
mas también tengo sangre mora,
ardiente como las dunas del
desierto,
que lleva el arte en sus venas
y la danza en el corazón.
Soy todos ellos, y aún más,
porque el hebreo habita mis
carnes,
el europeo anida en mi razón,
y el cosmos orbita sobre mi
cabeza
guiándome por paisajes abiertos,
sin muros, sin verjas afiladas,
sin fronteras, ni guerras
atroces.
No hay otra.
Ese soy yo. Cualquier hombre.
Cualquier hombre, cualquier
mujer,
que busca su camino,
sea aquí, ahora, o allende los
mares,
más allá del último paraíso,
donde nada es imposible
y el mundo es un lugar mejor.
Publicado en la antología “Estrechando fronteras”, coordinada por Adhmed Mgara, 2014
Todos los derechos©Francisco José Segovia Ramos
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