RELATOS ENTRE LA REALIDAD MÁS CRUDA Y LA FANTASÍA MÁS DESBORDADA
Uno de los problemas
que tienen los libros de relatos es que pueden desorientar al lector si sus
temáticas son diversas, o no hay un hilo conductor que los una. No debería ser
así, pero es algo que yace en el subconsciente y nos hace creer que estamos
ante una novela, cuando no es así. No sucede así con esta gran obra de José
Luis Muñoz.
José Luis
Muñoz, con Marero, nos lleva desde lo más degenerado de la naturaleza humana
hasta el humor más socarrón e irreverente. Y lo hace sin que notemos un cambio
en su estilo. Al contrario, es capaz de contar tanto una historia de terror
como una policíaca, sin pausa de continuidad y sin que se resienta su capacidad
literaria un ápice.
Los
19 relatos que aparecen en Marero nos llevan del humor más irónico, en
Fumadores Clandestinos, a la locura de una obsesión en Llamas de Pasión. Hay
historias duras, contundentes, que se clavan en el corazón y nos dejan la piel
en carne viva, tales como Cristal en la Mandíbula, Revoloteos o Última Cena.
Narraciones, las de José Luis Muñoz, que transcurren en diversas partes del
mundo, desde Guatemala hasta España, pasando por Haití, en una curiosa
¿ucronía? donde un importante equipo es víctima del vudú.
¿Qué
puede encontrar el lector en esta obra de José Luis Muñoz? De todo, sin lugar a
dudas. No hay tope a la imaginación del autor, ni cuestión que, por baladí que
parezca, no acabe convirtiéndose en una historia que nos deja un buen gusto al
terminarla (aunque ese gusto sea, a veces, amargo como las cosas que acaban
mal).
Con
un estilo sobrio, directo, sin concesiones a la galería, sin cortarse un pelo a
la hora de detallar lo más crudo de la realidad, José Luis Muñoz consigue, como
buen alquimista de la literatura, amalgamar una serie de relatos que, a pesar
de sus diferentes estructuras y temáticas, forman un todo único en Marero.
Marero,
quizá la mejor de las historias, con permiso de El Último Inquilino, que nos
trae aromas de la mejor literatura gótica mundial.
Libro
recomendable, de lectura tranquila y disfrutando cada párrafo, cada historia.
Merece la pena perderse en los mundos variopintos de José Luis Muñoz, eso sí,
procurando no toparse con ningún Marero que quiera hacerse una muesca a nuestra
costa.
Francisco José Segovia Ramos
Enero de 2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario