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jueves, 2 de junio de 2016

Reseña: Cabos Sueltos, de Rodolfo Martínez, Editorial Sportula, 2010



TRES NUEVAS NOVELAS CORTAS DEL CICLO DE DRÍMAR


            Como ya se indica en el título que encabeza esta reseña, Cabos Sueltos, de Rodolfo Martínez, es un libro que recopila tres de sus novelas cortas de ciencia ficción, que continúan el ciclo de Drímar. En esta ocasión, su segunda parte.

            Rodolfo Martínez mantiene su nivel literario y su universo narrativo en Cabos Sueltos, con tres historias futuristas, independientes pero con un mismo universo de ficción. Mezcla todas de ciencia ficción, suspense e historia policíaca.

            En Bailando en la oscuridad, la primera de la serie, un detective del futuro investiga un caso de drogas (¿vamos a creer, de verdad, que este tráfico terminará alguna vez?), con crímenes horrendos que nos sumergen en una narración al estilo de Dashiell Hammett. Sin superhéroes policiales capaces de todo, ni villanos radicales, la historia se desenvuelve en un ambiente que recuerda, a veces, a un Chicago o Nueva York de los setenta u ochenta del siglo pasado, pero que realmente se desarrolla en Neoyorquia, es decir, lo que queda de la opulenta ciudad norteamericana.

            El robot es un claro homenaje a Isaac Asimov. Rodolfo Martínez trabaja las leyes robóticas de Campbell, y les da un curioso y magnífico giro, para sorprender al lector durante una trama sugerente que no deja nada al azar. Buena literatura para acompañar la historia de un androide inmerso en un conflicto, y de un investigador no menos confuso.

            En Este relámpago, esta locura, el eterno tema de la crisis de fe se manifiesta en el protagonista, que se verá envuelto en una extraña conjura donde uno de sus alumnos mostrará una faceta desconocida que provocará un desenlace impactante y atrayente a la vez. Historia de género que crean escuela. No en vano fue premio UPC de Novela corta de ciencia ficción en el año 1998 y también Premio Ignotus en el 2000.

            En definitiva, Rodolfo Martínez nos muestra otra vez su maestría literaria, y nos deja con ganas de seguir su ciclo de Drímar y, como no, el resto de sus historias, que nunca defraudan por sorprendentes, entretenidas y bien escritas. ¿Qué más se puede pedir hoy en día?

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Francisco José Segovia Ramos
Junio de 2016

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