TIEMPOS DE OLVIDO
La memoria hace flacos
favores, amigo,
se alía con el tiempo y
el despropósito,
y se pervierte,
haciendo que el humo negro
se convierta en nubes de tormenta,
y el olor a cenizas en
una colonia de hombre.
La memoria pone
medallas inmerecidas,
y transforma guerras
injustas en batallas ganadas,
igualando a los dos
bandos,
torturadores y
perseguidos,
para que los libros de
Historia,
los que se venden,
no desvirtúen esa
memoria olvidada.
La memoria, como niño
que aprende,
ha de ser removida,
despertada,
levantada de su
postración,
revivida con agua de
rocío,
para ponerla encima de
la mesa,
sobre las tumbas
abandonadas,
junto a las tapias de
los fusilados,
hasta que de una vez, y
para siempre,
nadie quede al otro
lado de la memoria,
ese en el que los
bandidos ocultan
las penas, los
desatinos y las injusticias.
Francisco J. Segovia©Todos los derechos
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