LA
ÚLTIMA MISIÓN DE BOND, JAMES BOND
Te han dado pocas horas de vida, James. Menos que lo que
puede durar una final del campeonato de tenis de Forest Hill. Casi nada. Un
suspiro. Estás repleto de tubos, y la sonda te provee de alimentos y líquidos.
Ni siquiera tienes la opción de tomarte un último vodka Martini, agitado, pero
no revuelto. Sería fatal para ti, te advierten los médicos. ¡Como si eso te
importara ahora!
Quedan lejos tus momentos de gloria, tus aventuras en
todos los puntos del globo, incluso en el espacio. Tus amantes, infinidad de
ellas, que te traicionaron o te salvaron la vida, siempre quedaron a tu sombra.
Atrás quedan también los vehículos de lujo, los hoteles en Montecarlo o los
casinos en Las Vegas. No volverás a luchar contra enemigos de pistolas de oro,
o criminales con ansias de conquistar el mundo. Nada de eso queda ya. Casi ni
tú mismo te reconoces en ese hombre que agoniza de pura vejez en su mansión en las
afueras de Londres.
Pero sigues siendo el agente 007, y con esa etiqueta
morirás. Nadie heredará tu número, eso al menos es lo que te han dicho los del
MI6. Es un honor que pocos reciben, aparte de la medalla que te concedió hace
pocos días la reina de Inglaterra.
Ahora estás solo. Es entonces cuando la ves aparecer
entre las penumbras. Viene hacia ti, decidida, con paso silencioso pero firme.
Sabes quién es. Ella, que también debe conocerte, sin embargo te pregunta:
—¿Quién es usted?
Es una pregunta retórica, que busca tu respuesta
cómplice. Sonríes y le contestas:
—Bond, James Bond.
Y la Muerte te recoge en sus brazos y te lleva con ella a
donde los sueños se perpetúan por toda la eternidad, y donde podrás combatir de
nuevo contra males inimaginables. Con un vodka Martini en la mano. Agitado, por
supuesto, no revuelto.
THE LAST MISSION OF BOND,
JAMES BOND
They
have given you a few hours of life, James. Unless a final of Forest Hill
championship tennis happens. Almost nothing. A sigh. You are full of tubes, and
the probe provides you food and liquids. You don´t even have chance to drink
one last Martini vodka, shaken, not stirred. It would be fate full for you,
doctors already warn you. It doesn´t matters to you right now!
Long time ago your moments of glory was,
your adventures in all parts of the globe, even in space. Your lovers, plenty
of them, who betrayed you or saved your life, they were always behind your
shadow. Behind luxury vehicles was left too, the Monte Carlo hotels or casinos
in Las Vegas. You are going to fight never against with gold guns, or criminals
are feverish conquests the world. Anything of that is still remaining. You
hardly recognize yourself like this man is agonizing of full aged in his
mansion outside of London.
But
you're still 007 Agent, and you will die being. Nobody inherit your number, at
least MI6 said you that. A few people receive that honory, in addition the
Queen of England awarded you a medal a few days ago.
Now
you are alone. Then you see to appear her between the shadows. She comes to
you, determined, quiet but with firm step. You know who she is. She should also
know you, however she asks:
—Who
you are?
It's
a rhetorical question, which seeks your accomplice answer. You smile and
answer:
—Bond,
James Bond.
And
Death picks up you on his arms and she takes you to where dreams are
perpetuated for eternity, and where you could fight back against unimaginable ills.
With a Martini vodka in your hand. Shaken, of course, not stirred.
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