A LA VENTA MI ÚLTIMO POEMARIO, ESOS DÍAS AZULES

viernes, 14 de julio de 2017

Relato/History: La última misión de Bond, James Bond/The Last Mission of Bond, James Bond



LA ÚLTIMA MISIÓN DE BOND, JAMES BOND

            Te han dado pocas horas de vida, James. Menos que lo que puede durar una final del campeonato de tenis de Forest Hill. Casi nada. Un suspiro. Estás repleto de tubos, y la sonda te provee de alimentos y líquidos. Ni siquiera tienes la opción de tomarte un último vodka Martini, agitado, pero no revuelto. Sería fatal para ti, te advierten los médicos. ¡Como si eso te importara ahora!
            Quedan lejos tus momentos de gloria, tus aventuras en todos los puntos del globo, incluso en el espacio. Tus amantes, infinidad de ellas, que te traicionaron o te salvaron la vida, siempre quedaron a tu sombra. Atrás quedan también los vehículos de lujo, los hoteles en Montecarlo o los casinos en Las Vegas. No volverás a luchar contra enemigos de pistolas de oro, o criminales con ansias de conquistar el mundo. Nada de eso queda ya. Casi ni tú mismo te reconoces en ese hombre que agoniza de pura vejez en su mansión en las afueras de Londres.
            Pero sigues siendo el agente 007, y con esa etiqueta morirás. Nadie heredará tu número, eso al menos es lo que te han dicho los del MI6. Es un honor que pocos reciben, aparte de la medalla que te concedió hace pocos días la reina de Inglaterra.
            Ahora estás solo. Es entonces cuando la ves aparecer entre las penumbras. Viene hacia ti, decidida, con paso silencioso pero firme. Sabes quién es. Ella, que también debe conocerte, sin embargo te pregunta:
            —¿Quién es usted?
            Es una pregunta retórica, que busca tu respuesta cómplice. Sonríes y le contestas:
            —Bond, James Bond.
            Y la Muerte te recoge en sus brazos y te lleva con ella a donde los sueños se perpetúan por toda la eternidad, y donde podrás combatir de nuevo contra males inimaginables. Con un vodka Martini en la mano. Agitado, por supuesto, no revuelto.

THE LAST MISSION OF BOND, JAMES BOND

            They have given you a few hours of life, James. Unless a final of Forest Hill championship tennis happens. Almost nothing. A sigh. You are full of tubes, and the probe provides you food and liquids. You don´t even have chance to drink one last Martini vodka, shaken, not stirred. It would be fate full for you, doctors already warn you. It doesn´t matters to you right now!
            Long time ago your moments of glory was, your adventures in all parts of the globe, even in space. Your lovers, plenty of them, who betrayed you or saved your life, they were always behind your shadow. Behind luxury vehicles was left too, the Monte Carlo hotels or casinos in Las Vegas. You are going to fight never against with gold guns, or criminals are feverish conquests the world. Anything of that is still remaining. You hardly recognize yourself like this man is agonizing of full aged in his mansion outside of London.
            But you're still 007 Agent, and you will die being. Nobody inherit your number, at least MI6 said you that. A few people receive that honory, in addition the Queen of England awarded you a medal a few days ago.
            Now you are alone. Then you see to appear her between the shadows. She comes to you, determined, quiet but with firm step. You know who she is. She should also know you, however she asks:
            —Who you are?
            It's a rhetorical question, which seeks your accomplice answer. You smile and answer:
            —Bond, James Bond.
            And Death picks up you on his arms and she takes you to where dreams are perpetuated for eternity, and where you could fight back against unimaginable ills. With a Martini vodka in your hand. Shaken, of course, not stirred.

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