VEINTE RELATOS INQUIETANTES, ENTRE LA IRONÍA Y EL TERROR
Quien
tome el libro de relatos de Javier Martos, Una hamburguesa para cenar, y pretenda encontrar
historia de terror al uso, se equivoca. El espectro de temas que toca, aunque
todos inquietantes, van desde un ácido humor, tan corrosivo que nos llega a las
entrañas, hasta el más puro horror, en el riguroso sentido del término.
Con
un estilo directo, llano, moderno, sin demasiadas florituras pero conciso y
claro, Javier Martos nos trae personajes de
nuestra infancia, sucesos de la más rabiosa actualidad, historias -¡cómo no!-
de zombis (aunque con un claro carácter sociológico, muy similar al de las
primeras películas de George Romero), asesinatos repulsivos, conductas
antisociales que reciben su ¿justo? castigo, clásicos del género, homenajes a
grandes de la literatura del terror, algo de ciencia ficción, para descubrirnos
inquietudes sobre la sociedad en la que nos ha tocado vivir… En definitiva, no
son historias para pasar eso que se llama “miedo” y que no es más que un estado
trascendente del alma, sino para reflexionar sobre lo que realmente nos
preocupa, nos asusta y aterroriza. Eso es lo que tenemos en Una hamburguesa para cenar.
Quiero
resaltar un elemento común –o casi- en muchos de sus relatos: los sueños. El
sueño, como manifestación del subconsciente, nos puede llegar a provocar un
miedo insensato, un desasosiego incomprensible… o llega a convertirse, simple y
llanamente, un aviso, y también una maldición. Javier
Martos juega con los sueños, y los transforma en pesadillas. Sueños en
mitad de sueños, sueños inconfesables, sueños premonitorios, sueños terribles
y, añadiría, sueños muy, muy reales.
Una hamburguesa para cenar nos trae platos sabrosos.
De entrada nos podemos encontrar una interpretación de un viejo mito infantil,
o un concurso de televisión de gran audiencia… que ha terminado, digamos, desmadrándose.
También descubriremos que la traición es algo sobrevenido, y que por mucho que
digamos que nunca haremos algo, el destino es muy difícil de adivinar. Como
primer plato nos da a elegir entre un sueño premonitorio, unos dientes que se
caen sin sentido alguno, o un encuentro imprevisto en una desierta carretera.
Podríamos tomar unos buenos platos cargaditos de ironía y muchas, muchas
vísceras, que también apetece. Como postre, por supuesto, el relato que cierra
y da nombre a la antología, Una hamburguesa para cenar,
donde Javier Martos se recrea con (y no voy
a romper la trama desvelando detalles), algunas variaciones sobre el mismo
tema.
En
casi todos ellos hay una sutil crítica social, tanto al individuo como tal en
sus actuaciones, como a la sociedad en su conjunto. Javier
Martos es un hombre de su mundo, y se nota en su estilo literario, y su
obra, precisa y rotunda, un lujo en estos tiempos de papanatismo y mediocridad.
Una hamburguesa para cenar, de Javier Martos, ha sido editada por Tyrannosaurus Books, en el
año 2014.
Francisco José Segovia Ramos
Abril de 2015
Más información en la página web de Tyrannosaurus Books:
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