NO ES ORO TODO LO QUE
RELUCE
La nave dejó atrás el
muerto planeta. Después de diez años de exploración y análisis,
el grupo de científicos había descartado cualquier posibilidad de
conseguir beneficios del planeta. Nada en su superficie, o en su
interior, merecía el esfuerzo de colonizarlo.
Poco después llegó
otra nave, de diseño muy diferente, procedente del otro lado del
universo. El grupo de científicos que viajaba en ella no tardó
contactar con su planeta de origen para comunicar la buena noticia:
acababan de hallar un planeta con unas reservas de agua potable que
podrían abastecer a la humanidad y a todas sus colonias
extraterrestres por tiempo casi infinito.
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