A LA VENTA MI ÚLTIMA NOVELA, LA CASONA DEL INDIANO
EN BREVE SALDRÁ PUBLICADO MI SEGUNDO POEMARIO TITULADO ESOS DÍAS AZULES

domingo, 15 de marzo de 2020

Historias para superar una crisis

En esta cuarentena de quince días, un relato para cada día. Hay que luchar contra el virus y también contra el aburrimiento. Y también aportar un granito de arena a ese movimiento de solidaridad y de compartir que inunda el país.



CLASE TEÓRICA


            Es relativamente simple. Hay que introducirse en el cerebro del sujeto que se quiere dominar para hacer que haga y diga lo que pretendemos. Su personalidad queda anulada. Al principio lo más complejo es controlar las conexiones nerviosas, porque no hay dos individuos iguales. La fase previa de dominación no debe requerir mucho tiempo: si se alarga el sujeto puede darse cuenta de que es atacado y, en consecuencia, la misión fracasará. Aún más: podríamos encontrarnos con que el agredido se vuelva activo y devuelva el ataque, o incluso delate nuestras intenciones a sus congéneres.
            Una vez controlado el cerebro en sus pautas básicas, y subyugado el cuerpo ajeno del que nos hemos apropiado, el siguiente paso es hacer que comience a influir con sus actos, palabras, conducta en general, sobre los entes de su entorno y su propio medio ambiente. Así, controlando un individuo podemos llegar a influir en una gran generalidad, que será dominada de forma geométrica y hará que podamos someter a toda la población del planeta en poco tiempo, y utilizarla para transformar el hábitat y adaptarlo a nuestras necesidades. ¿Alguna pregunta?
            Uno de los jóvenes estudiantes de la asignatura de Posesión Cerebral preguntó:
            -¿Cuándo empezó la colonización del planeta del que nos habla?
            El profesor, con una mueca que debía ser equivalente a una sonrisa miró a su joven discípulo:
            -Fue hace dos generaciones. Muchos de los nuestros están infiltrados en cuerpos de dirigentes e individuos influyentes del tercer planeta, y están logrando la terraformación de ese mundo a fin de adaptarlo a nuestras condiciones de vida, aunque ello conllevará, sin duda, la extinción de la subespecie dominante en la actualidad, que es incapaz de reconocer el peligro que corre el mundo al que llaman “Tierra”.
            Toda la clase de adolescentes venusinos lanzó una exclamación mental de sorpresa y admiración por el buen trabajo realizado por sus valientes congéneres.

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